AFLORA LA DUDA

Mi mente se sintió inquieta ayer por la noche al cuestionarme si las plantas al igual que los animales sienten dolor. Sin el afán de humanizar a las plantas, antes de acostarme me animé a indagar sobre el tema en mi computador.

La ciencia indica que las plantas no sufren dolor puesto que carecen de un sistema nervioso o un cerebro. Pero que responden a estímulos como cuando mi papá poda sus árboles y/o arbustos de forma quincenal, cuando los insectos se comen sus hojas o cuando yo olvido regar mis flores. Es decir, en situaciones adversas como esas ellas emiten señales físicas o químicas de forma instintiva para alertar a otras plantas del peligro.

Sin embargo, poco antes de conciliar el sueño recordé que el conocimiento no es preciso ni definitivo; que el ser humano proyecta sus deseos y miedos a todo lo que le rodea; que la teoría científica es vulnerable al error aleatorio o al ruido como lo llamamos los economistas y me replanteé la posibilidad de que las plantas sientan dolor, pero que se afirma que no ya que la ciencia ha sido incapaz de demostrarlo. Who knows?

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