
Nadie conoce de mi vulnerabilidad mejor que tú y aun así osas presentarte entre mis sueños. Despierto con muy poco aliento y en medio de la oscuridad no puedo evitar sentir temor. Surge en mí el miedo a invocar tu olor y que toquen a mi puerta los fantasmas de tu amor.
Sin embargo, soy muy rápida. Aprisa enciendo la luz y estimulo el corazón. Expulso las sombras de tu presencia con cada profunda respiración y después de limpiar el sudor de mi rostro recupero la estabilidad y regresa a mí la razón.